EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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PREFACIO

Los espíritus del Señor que son las virtudes de los cielos, se esparcen por toda la superficie de la tierra como un ejército inmenso, apenas han recibido la orden; parecidos a las estrellas que caen del cielo, vienen a iluminar el camino y a abrir los ojos a los ciegos.

En verdad os digo, que han llegado los tiempos en que todas las cosas deben ser restablecidas en su verdadero sentido, para disipar las tinieblas, confundir a los orgullosos y glorificar a los justos.

Las grandes voces del cielo retumban como el sonido de la trompeta, y se reunen los coros de ángeles. Hombres, os convidamos a este divino concierto; que vuestras manos pulsen la lira; que vuestras voces se unan y que en himno sagrado se extiendan y vibren de una a otra parte del Universo.

Hombres, hermanos a quienes amamos, estamos a vuestro lado: amáos también unos a otros, y decid desde el fondo de vuestro corazón, haciendo la voluntad del Padre que está en el cielo: ¡Señor! ¡Señor! y podréis entrar en el reino de los cielos.

EL ESPÍRITU DE VERDAD

NOTA. - Esta instrucción, obtenida medianímicamente, resume a la vez el verdadero carácter del Espiritismo y el objeto de esta obra, por cuya razón ha sido puesta aquí como prefacio.