EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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XVII. La virtud no puede enseñarse; viene como un don de Dios a los que la poseen. Con poca diferencia es la doctrina cristiana sobre la gracia; pero si la virtud es un don de Dios, es un favor y puede preguntarse por qué no se concede a todos; por otra parte, si es un don, no tiene mérito para el que la posee. El Espiritismo es más explícito; dice que el que posee la virtud, la ha adquirido por sus esfuerzos en sus existencias sucesivas, despojándose poco a poco de sus imperfecciones. La gracia es la fuerza con que Dios favorece a todo hombre de buena voluntad para despojarse del mal y hacer el bien.