EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
64. Prefacio. Para comprender el alivio que la oración puede procurar a los espíritus que sufren, es menester referirse a su modo de acción, que se ha explicado más arriba. (Capítulo XXVII, números 9, 18 y siguientes). El que está penetrado de esta verdad, ruega con más fervor por la certeza de que no ruega en vano.