31. "Aquellos que aceptan sus sufrimientos con resignación, por sumisión a la voluntad de Dios y con la mira de alcanzar la felicidad futura, ¿no trabajan sólo para ellos mismos y pueden hacer que sus sufrimientos sean provechosos a otros?"
Estos sufrimientos pueden ser provechosos a otro, material y moralmente. Materialmente, si por el trabajo, las privaciones y los sacrificios que ellos se imponen, han contribuído al bienestar material de su prójimo; moralmente, por el ejemplo que dan de sumisión a la voluntad de Dios. Este ejemplo del poder de la fe espiritista puede excitar a los desgraciados a la resignación, salvarles de la desesperación y de sus funestas consecuencias para el porvenir. (San Luis. París, 1860).