4. Y le dijo un hombre: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él le dijo: Porfiad a entrar por la puerta angosta: porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Y cuando el padre de familia hubiera entrado, y cerrado la puerta, vosotros estaréis fuera y comenzaréis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos: y él os responderá diciendo: no sé de donde sois vosotros. - Entonces comenzaréis a decir: Delante de tí comimos y bebimos, y en nuestras plazas enseñaste. - Y os dirá: No sé de donde sois vosotros: apartáos de mí todos los obradores de la iniquidad.
Allí será d llorar, y el crugir de dientes: y cuando veréis a Abraham y a Isaac y a Jacob, a todos los profetas en el reino de Dios, y que vosotros sois arrojados fuera. - Y vendrá de Oriente y de Occidente, y de Aquilón y Austro y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. -- Y he aquí que son postreros los que serán primeros, y que son primeros los que serán postreros. (San Lucas, cap. XIII, v. de 23 a 30).