15. El poder de la "oración" está en el pensamiento; no se concreta a las
palabras, ni al lugar, ni al momento que se hace. Se puede, pues, rogar en todas partes y
a todas horas, estando solo o acompañado. La influencia del lugar o del tiempo está en
relación de las circunstancias que pueden favorecer el recogimiento. "La oración en
común tiene una acción más poderosa cuando todos aquellos que oran se asocian de corazón
a un mismo pensamiento y tienen un mismo objeto", porque es como si muchos
levantasen la voz juntos y unísonos; pero ¡qué importaría estar unidos en gran número,
si cada uno obrase aisladamente y por su propia cuenta personal! Cien personas reunidas
pueden orar como egoístas, mientras que dos o tres, unidas en una común aspiración,
rogarán como verdaderos hermanos en Dios, y su oración tendrá más poder que la de
los otros ciento. (Cap. XXVIII, números 4 y 5).