EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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5. Oísteis que fué dicho a los antiguos: No adulterarás. - Pues yo os digo que todo aquél que pusiere los ojos en una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio en su corazón con ella. (San Mateo, cap. V, v. 27 y 28).