4. En los mundos intermediarios hay mezcla de bien y de mal, predominio del uno y del otro, según el grado de adelanto. Aun cuando no pueda hacerse una clasificación absoluta de los mundos, sin embargo, se hace atendido a su estado y a su destino y basándose en sus grados más marcados, dívidiéndolos de un modo general como sigue, a saber: mundos primitivos, afectos a las primeras encarnaciones del alma humana; mundos de expiación y pruebas, en donde el mal domina; mundos regeneradores, en donde las almas que aun no tienen que expiar adquieren nueva fuerza, descansando de las fatigas de la lucha; mundos felices, en donde el bien sobrepuja al mal, y mundos celestes o divinos, morada de los espíritus purificados en donde el bien reina sin mezcla alguna. La tierra pertenece a la categoría de los mundos de expiación y de pruebas, y por esto el hombre está en ella sujeto a tantas miserias.