EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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1. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. - Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos. - Bienaventurados los que padecen persecuciones por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. (San Mateo, cap. V, v. 5, 6 y 10).