4. Haciendo aplicación de este principio, los espíritus no vienen a ahorrar al
hombre el trabajo de sus investigaciones, trayéndoles descubrimientos e invenciones
enteramente hechos y prontos a producir, de modo que no tenga que hacer otra cosa que tomar lo que se le pondría en la mano, sin
tener el trabajo de bajar para recoger, ni menos el de pensar. Si así fuese, el más
perezoso podría enriquecerse, y el más ignorante ser sabio a poca costa, y el uno y el
otro atribuirse el mérito de lo que no habrían hecho. No, "los espíritus no vienen a librar
al hombre de la ley del trabajo, sino a enseñarle el objeto que debe conseguir y el camino
que a él conduce, diciéndole": Marcha y llegarás. Encontrarás piedras a tu paso, pero
procura quitarlas por tí mismo, pues te damos la fuerza necesaria si quieres aprovecharte
de ella. ("Libro de los Médiums", cap. XXVI, núm. 291 y siguientes.)