EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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4. Haciendo aplicación de este principio, los espíritus no vienen a ahorrar al hombre el trabajo de sus investigaciones, trayéndoles descubrimientos e invenciones enteramente hechos y prontos a producir, de modo que no tenga que hacer otra cosa que tomar lo que se le pondría en la mano, sin tener el trabajo de bajar para recoger, ni menos el de pensar. Si así fuese, el más perezoso podría enriquecerse, y el más ignorante ser sabio a poca costa, y el uno y el otro atribuirse el mérito de lo que no habrían hecho. No, "los espíritus no vienen a librar al hombre de la ley del trabajo, sino a enseñarle el objeto que debe conseguir y el camino que a él conduce, diciéndole": Marcha y llegarás. Encontrarás piedras a tu paso, pero procura quitarlas por tí mismo, pues te damos la fuerza necesaria si quieres aprovecharte de ella. ("Libro de los Médiums", cap. XXVI, núm. 291 y siguientes.)