Los Peageros. Eran los preceptores de baja esfera, encargados principalmente
de cobrar los derechos de entrada en las ciudades. Sus funciones correspondían, poco
más o menos, a las de los aduaneros y receptores de derechos de puertas, quienes
merecían la misma reprobación que los publicanos en general. Por esta razón en el
Evangelio se encuentra con frecuencia el nombre de Publicano unido al de gentes de
mala vida; esta calificación no implicaba la de disolutos y vagos; era un término de
desprecio, sinónimo de gentes de mala compañía, indignas de relaciones con las
gentes de buena conducta.