EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
32. Las grandes emigraciones colectivas no tienen como único objetivo activar los traslados; también transforman, con mayor rapidez, el espíritu de las masas, liberándolas de las malas influencias, y conceden más ascendiente a las ideas nuevas.


En virtud de que muchos están maduros para esa transformación, a pesar de todas sus imperfecciones, parten a fortalecerse en una fuente más pura. Si permanecieran en el mismo medio, y bajo las mismas influencias, persistirían en sus opiniones y en su forma de apreciar las cosas. Una estada en el mundo de los Espíritus basta para abrirles los ojos, porque allí ven lo que no podían ver en la Tierra. El incrédulo, el fanático y el autoritario podrán, por consiguiente, volver con ideas innatas de fe, tolerancia y libertad. A su regreso encontrarán que las cosas han cambiado, y experimentarán la influencia del nuevo medio en que han nacido. En vez de oponerse a las nuevas ideas, serán sus promotores.