6. Ocurre, de ese modo, que en ciertas ocasiones esa facultad se desarrolla providencialmente, ante la inminencia de situaciones peligrosas, durante los grandes cataclismos, en las revoluciones; y es así también que la mayoría de las sectas perseguidas ha tenido numerosos videntes. Incluso a eso se debe que los arrojados capitanes avancen resueltamente contra el enemigo, convencidos de la victoria; que hombres de genio, como Cristóbal Colón por ejemplo, se dirijan hacia una meta prediciendo anticipadamente, por así decirlo, el momento en que habrán de alcanzarla. Eso se debe a que ellos han visto el objetivo, que no era desconocido para sus Espíritus.
Por consiguiente, el don de la predicción no tiene nada que sea más sobrenatural que una infinidad de fenómenos. Se basa en las propiedades del alma y en la ley que rige las relaciones del mundo visible con el mundo invisible, a las que el espiritismo ha venido a dar a conocer.
Es probable que esta teoría de la presciencia no resuelva de un modo absoluto todos los casos de revelaciones del porvenir que se puedan presentar, pero no es posible dejar de reconocer que establece el principio fundamental.