EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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12. “Habiendo llegado a Betsaida, le trajeron un ciego y le pedían que lo toque. Tomando al ciego de la mano, Él lo llevó fuera del pueblo, le puso saliva en los ojos y habiéndole impuesto las manos le preguntó si veía algo. El hombre, mirando, dijo: ‘Veo andar hombres, que me parecen árboles’. Jesús le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y él comenzó a ver mejor. Al final quedó tan perfectamente curado que veía claramente todas las cosas.


”Y Jesús lo envió a su casa, diciéndole: ‘Ve a tu casa; y si entras en el pueblo no le digas a nadie lo que ocurrió contigo’.” (San Marcos, 8:22 a 26.)