EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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15. La persona que haya reflexionado acerca del espiritismo y sus consecuencias, sin circunscribirlo a la producción de algunos fenómenos, habrá comprendido que esa doctrina abre para la humanidad un nuevo camino, pues le devela los horizontes del infinito. Al iniciarla en los misterios del mundo invisible, el espiritismo le muestra su verdadero rol en la Creación, rol perpetuamente activo, tanto en el estado espiritual como en el estado corporal. El hombre ya no camina a ciegas: sabe de dónde viene, hacia dónde va y por qué está en la Tierra. El porvenir se le muestra en su realidad, exento de los prejuicios de la ignorancia y la superstición. Ya no se trata de una vaga esperanza, sino de una verdad palpable, tan cierta para él como la sucesión del día y la noche. Sabe que su ser no se encuentra limitado a los escasos instantes de una existencia efímera; sabe que la vida espiritual no se interrumpe con la muerte; que ya ha vivido, que volverá a vivir, y que nada se pierde de lo que ha conquistado en perfección mediante el trabajo; encuentra en las existencias anteriores la causa de lo que es hoy, y reconoce que, a partir de lo que es hoy, habrá de deducir lo que llegará a ser un día.