EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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30. La ley de variedad que impera en tal amplia escala en la Naturaleza nos lleva a preguntarnos cómo los naturalistas, astrónomos y filósofos erigieron tantos sistemas con el fin de encontrar semejanzas entre los cometas y los demás astros planetarios y no vieron en ellos más que astros con un grado mayor o menor de desarrollo o caducidad. Sin embargo, los cuadros de la Naturaleza deberían bastar al observador para que deje de buscar parecidos inexistentes y reconozca a los cometas su modesto pero útil papel de astros errantes, cuyo oficio es el de exploradores de los imperios solares. Estos cuerpos celestes se diferencian de los cuerpos planetario porque no sirven de morada a seres humanos. Viajan, de sol a sol, enriqueciéndose a veces en su ruta con fragmentos planetarios reducidos al estado de vapor, y sacando de ellos los principios vivificantes y renovadores que verterán sobre los mundos terrestres (cap. IX:12).