EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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18. La ciencia moderna ha tomado en cuenta los cuatro elementos primitivos de los antiguos, y, de observación en observación, llegó a la concepción de un solo elemento generador de todas las transformaciones de la materia. Pero la materia, por sí sola, es inerte, no tiene vida, ni piensa ni siente, necesita unirse al principio espiritual. El Espiritismo no ha descubierto ni inventado tal principio, pero lo ha demostrado mediante pruebas irrecusables, lo ha estudiado, analizado, y ha constatado su acción evidente. Al elemento material, agregó el elemento espiritual. Esos dos elementos son los dos principios, la dos fuerzas vivas de la Naturaleza, mediante la unión indisoluble de ambos elementos se resuelven, sin esfuerzo, una infinidad de hechos, hasta hoy inexplicables.1 El Espiritismo, al estudiar uno de los dos elementos que constituyen el Universo, establece forzosamente contacto con la casi totalidad de las ciencias y, por tal motivo, su llegada debía ser posterior a la creación de éstas. Nació por la fuerza de las cosas y por la imposibilidad de poderse explicar una infinidad de hechos con la sola ayuda de las leyes que rigen a la materia.