5. El hombre progresa, y los males a los que se halla expuesto estimulan el ejercicio de su
inteligencia y de sus facultades psíquicas y morales, incitándolo a la búsqueda de medios para
sustraerse a las calamidades. Si no temiese a nada, ninguna necesidad le empujaría a la
investigación, su espíritu se entorpecería en la inactividad y no inventaría ni descubriría nada. El
dolor es como un aguijón que impulsa al hombre hacia adelante por la vía del progreso.