53. La inmortalidad de las almas, que es la base del mundo físico, pareció imaginaria a
ciertos pensadores prejuiciados. Irónicamente la calificaron de inmortalidad viajera, sin comprender
que sólo ella era cierta frente al espectáculo de la Creación. Sin embargo, es posible hacer
comprender toda su grandeza, casi diría toda su perfección.