EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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15. Veamos un ejemplo. En el mundo de los espíritus acaece un hecho muy singular, y que nadie sospechaba siquiera: se trata de ciertos espíritus que creen seguir vivos. Pues bien, los espíritus superiores que conocen el hecho perfectamente, no vinieron anticipadamente a anunciarnos: “Hay espíritus que suponen que aún viven en la Tierra, que han conservado sus gustos, sus costumbres y sus instintos”, sino que han provocado manifestaciones de espíritus de esa categoría para que nosotros los observáramos. Cuando entramos en relación con esos espíritus, inciertos de su estado, o afirmando que aún estaban vivos y desempeñando sus tareas habituales, del ejemplo deducimos la regla. La multiplicidad de hechos análogos ha probado que no se trataba de una excepción, sino de una de las fases de la vida espírita que ha permitido estudiar todas las variedades y causas de esta ilusión singular y reconocer que, dicha situación, es propia de espíritus poco adelantados moralmente y que tuvieron determinados tipos de muerte. Sólo es temporal, mas puede prolongarse durante días, meses y hasta años. Vemos así cómo la teoría nació de la observación. Del mismo modo ocurre con los demás principios de la Doctrina.