EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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37. Esa transfusión que ocurre entre la población encarnada y la desencarnada de un mismo planeta, se efectúa también entre los mundos, ya sea individualmente en las condiciones normales, o de forma masiva en circunstancias especiales. Hay, pues, emigraciones e inmigraciones colectivas de un mundo hacia otro, de donde resulta la introducción, en la población de uno de ellos, de elementos absolutamente nuevos. Nuevas razas de Espíritus, que vienen a mezclarse con las existentes, constituyen nuevas razas de hombres. Ahora bien, como los Espíritus no pierden nunca lo que han conquistado, llevan consigo la inteligencia y la intuición de los conocimientos que poseen y, por consiguiente, imprimen su carácter peculiar a la raza corporal que van a animar. Para eso no necesitan que se creen nuevos cuerpos exclusivamente para su uso. La especie corporal existe, de modo que siempre encuentran cuerpos listos para recibirlos. Por lo tanto, sólo son nuevos habitantes. A su llegada a la Tierra integran primero la población espiritual, para después encarnar como los demás.