54. Sabemos, con certeza, que las obras de Dios son creaciones del pensamiento y la
inteligencia y que los mundos son la residencia de los seres que los contemplan y descubren en
ellos, tras los velos, el poder y la sabiduría de quien los creó. Pero lo que interesa conocer es que las
almas que los pueblan son solidarias entre sí.