4. Las estrellas, cuya naturaleza no imaginaban siquiera, eran simples puntos luminosos, de
menor o mayor tamaño, fijas en las bóvedas como lámparas suspendidas y dispuestas sobre una
única superficie, todas a igual distancia de la Tierra, de la misma forma que se las representa en el
interior de ciertas cúpulas, pintadas de azul para simular el color del cielo.
Aunque hoy las ideas han cambiado, el uso de las antiguas expresiones se conserva, pues se
dice aún: la bóveda estrellada, bajo el casquete del cielo.