EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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5. Mas, donde el hombre detiene sus apreciaciones, aun ayudado por sentidos artificiales, la obra de la Naturaleza continúa. Donde el vulgo toma la apariencia por la realidad y donde el facultativo levanta el velo y aprehende el principio de las cosas, el ojo de quien ha atrapado el modo de acción de la Naturaleza no ve en los materiales constitutivos del mundo sino la materia cósmica primitiva, simple y diversificada en ciertas regiones en la época de su origen y dividida en cuerpos solidarios durante su vida, materiales desmembrables un día en la extensión por su descomposición.