EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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31. Ya que Dios está en todas partes, ¿por qué no lo vemos? ¿Lo veremos al dejar la Tierra? Estas dos preguntas acuden a nosotros diariamente. La primera es fácil de responder: nuestros órganos materiales poseen percepciones limitadas que no les permiten ver determinadas cosas, aun materiales. Por eso, ciertos fluidos escapan totalmente a nuestra visión y a nuestros instrumentos de análisis, mas, sin embargo, no dudamos de su existencia. Vemos a los cuerpos moverse bajo la influencia de la fuerza de gravedad, mas no vemos a esa fuerza.