48. Hemos visto que para asegurar la estabilidad eterna hay una sola ley primordial y
general, la cual es perceptible por nuestros sentidos mediante muchas acciones particulares a las
cuales llamamos fuerzas rectoras de la Naturaleza. Veremos ahora cómo esta ley suprema asegura
la armonía universal en su doble aspecto de eternidad y espacio.