EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
3. En el estado de eterización, el fluido cósmico no es uniforme; sin dejar de ser etéreo, sufre modificaciones muy variadas en su género, y más numerosas tal vez que en el estado de materia tangible. Esas modificaciones constituyen diferentes fluidos que, aunque procedan del mismo principio, están dotados de propiedades especiales y dan origen a los fenómenos peculiares del mundo invisible.


Dado que todo es relativo, esos fluidos tienen para los Espíritus, que también son fluídicos, una apariencia tan material como la de los objetos tangibles para los encarnados, y son para ellos lo que son para nosotros las sustancias del mundo terrestre. Ellos los elaboran y combinan para producir determinados efectos, como hacen los hombres con sus materiales, aunque mediante procesos diferentes.


Con todo, al igual que en este mundo, solamente a los Espí- ritus más esclarecidos les es dado comprender el rol que desempe- ñan los elementos constitutivos del mundo en que se encuentran. Los ignorantes del mundo invisible son tan incapaces de explicarse a sí mismos los fenómenos de los que son testigos, y a los cuales contribuyen muchas veces en forma automática, como los ignorantes de la Tierra lo son para explicar los efectos de la luz o la electricidad, o para describir de qué modo ven y escuchan.