EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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8. Como están en la naturaleza, los fenómenos espíritas se han producido en todos los tiempos. Sin embargo, precisamente porque su estudio no podía realizarse con los medios materiales de que dispone la ciencia vulgar, han permanecido durante mucho más tiempo que otros en el dominio de lo sobrenatural, de donde ahora el espiritismo los saca.


Basado en apariencias inexplicables, lo sobrenatural deja libre curso a la imaginación que, al vagar en lo desconocido, genera las creencias supersticiosas. Una explicación racional basada en las leyes de la naturaleza, por el hecho de que conduce nuevamente al hombre al terreno de la realidad, pone un límite a los extravíos de la imaginación y destruye las supersticiones. Lejos de ampliar el dominio de lo sobrenatural, el espiritismo lo restringe hasta sus límites extremos y derriba su último refugio. Si bien induce a creer en la posibilidad de ciertos hechos, no es menos cierto que impide la creencia en muchos otros, porque demuestra, en el ámbito de la espiritualidad, a ejemplo de lo que hace la ciencia en el ámbito de la materialidad, lo que es posible y lo que no lo es. No obstante, como no alimenta la pretensión de haber dicho la última palabra acerca de todo, ni siquiera sobre lo que es de su competencia, no se presenta como regulador absoluto de lo posible, y deja de lado los conocimientos reservados al porvenir.