EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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55. La inteligencia humana deberá esforzarse mucho para imaginar a esos mundos radiantes que brillan en la extensión como simples masas de materia inerte y sin vida. Le costará trabajo concebir que en esas regiones lejanas haya magníficos crepúsculos, noches espléndidas, soles fecundos y días plenos de luz. Valles y montañas donde las profundidades múltiples de la Naturaleza han desplegado toda su esplendente pompa, y dificultosamente podrá imaginar que el espectáculo divino con el cual el alma puede fortalecerse como con su propia vida, se encuentre desprovisto de sentido y privado de un ser pensante que pueda llegar a comprenderlo.