EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
25. El espiritismo no crea la renovación social, pues la madurez de la humanidad hace de esa renovación una necesidad. Por su poder moralizador, por sus tendencias al progreso, por la amplitud de sus miras, por la generalidad de las cuestiones que abarca, el espiritismo, más que ninguna otra doctrina, es apto para secundar al movimiento regenerador. Por eso es contemporáneo de ese movimiento. Surgió en el momento en que podía ser útil, puesto que también para él los tiempos han llegado. Si hubiese llegado antes, habría encontrado obstáculos insuperables; habría sucumbido inevitablemente, porque los hombres, satisfechos con lo que tenían, aún no sentirían la carencia de lo que él les trae. Hoy, nacido con las ideas que fermentan, encuentra el terreno preparado para recibirlo. Los Espíritus, hastiados de la duda y la incertidumbre, y horrorizados por el vacío que se abre ante ellos, lo reciben como un áncora de salvación, y supremo consuelo.