EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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29. Aunque eso pueda costarle mucho a su orgullo, el hombre debe resignarse a no ver en su cuerpo material más que el último eslabón de la animalidad en la Tierra. Ese es el inexorable argumento de los hechos, contra el cual sería inútil protestar.

No obstante, cuanto más disminuye para él el valor del cuerpo, tanto más crece en importancia el principio espiritual. Si el primero lo nivela con los irracionales, el segundo lo eleva a una altura inconmensurable. Vemos el límite extremo del animal, pero no vemos el límite al que puede llegar el Espíritu del hombre.