8. Esa es, en pocas palabras, la ley que preside la formación
de todos los cuerpos de la naturaleza. La innumerable variedad
de esos cuerpos resulta de un reducidísimo número de principios
elementales combinados en proporciones diferentes.
Así, el oxígeno, combinado en ciertas proporciones con el
carbono, el azufre y el fósforo, forma los ácidos carbónico, sulfúrico y fosfórico; el oxígeno y el hierro forman el óxido de hierro o
herrumbre; el oxígeno y el plomo, ambos inofensivos, dan origen a
los óxidos de plomo, tales como el litargirio, el albayalde, el minio,
que son venenosos. El oxígeno con los metales denominados calcio,
sodio y potasio, forman la cal, la soda y la potasa. La cal, unida
al ácido carbónico forma los carbonatos de cal o piedras calcáreas,
tales como el mármol, la tiza, la piedra de construcción, las estalactitas
de las grutas; unida al ácido sulfúrico forma el sulfato de cal o
yeso y el alabastro; unida al ácido fosfórico forma el fosfato de cal,
base sólida de los huesos; el cloro y el hidrógeno forman el ácido
clorhídrico o hidroclórico; el cloro y el sodio forman el cloruro de
sodio o sal marina.