Revista Espírita Periódico de Estudios Psicológicos - 1861

Allan Kardec

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Venid a nosotros
(Comunicación enviada por la Sra. de Cazemajoux, médium de Burdeos)

El Espiritismo es la aplicación de la moral evangélica enseñada por el Cristo en toda su pureza, y los hombres que lo condenan sin conocerlo son poco prudentes. En efecto, ¿por qué calificar de superstición, de charlatanería, de sortilegios, de demonomanía las cosas que el simple buen sentido haría aceptar si quisiesen estudiarlo? El alma es inmortal: es el Espíritu. La materia inerte es el cuerpo perecedero que se despoja de sus formas para transformarse, cuando el Espíritu lo dejó, en un montón de podredumbre sin nombre. ¡Y consideráis lógico, vosotros que no creéis en el Espiritismo, que esta vida –que para la mayoría de vosotros es una vida de amargura, de dolores, de decepciones, un verdadero purgatorio– no tenga otro objetivo sino la tumba! Desengañaos; venid a nosotros, pobres desheredados de los bienes, de las grandezas y de los goces terrenos; venid a nosotros y seréis consolados al ver que vuestros dolores, vuestras privaciones, vuestros sufrimientos deben abriros las puertas de los mundos felices, y que Dios, justo y bueno para con todas sus criaturas, solamente nos ha puesto a prueba para nuestro bien, según estas palabras del Cristo: Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. –Venid, pues, incrédulos y materialistas; colocaos bajo el estandarte en el cual, con letras de oro, están escritas estas palabras: Amor y caridad para los hombres, que son todos hermanos; bondad, justicia e indulgencia de un Padre generoso y grande para con los Espíritus que ha creado, y que eleva hacia Él a través de caminos seguros, aunque os sean desconocidos; la caridad, el mejoramiento moral, el desarrollo intelectual os conducirán hacia el Autor y Señor de todas las cosas. No os instruimos sino para que, a vuestro turno, trabajéis para difundir esta instrucción; pero, sobre todo, hacedlo sin aspereza; sed pacientes y esperad. Arrojad la semilla; la reflexión y la ayuda de Dios la harán fructificar, al principio para un pequeño número que hará como vos, y poco a poco, al aumentar el número de obreros, os hará esperar, después de la siembra, una buena y abundante cosecha.

FERDINAND, hijo de la médium.