Jules Michel
Fallecido a los 14 años, amigo del hijo de la médium, Sra. de Costel, y evocado ocho días después de su muerte
1. Evocación. –Resp. Os agradezco por evocarme. Me acuerdo de vos y de los paseos que dábamos en el parque Monceau.
2. ¿Y qué dices de tu compañero Charles? –Resp. Charles está muy triste con mi muerte. ¿Pero estoy muerto? Yo veo, vivo, pienso como antes, apenas no puedo tocarme y no reconozco nada de lo que me rodea.
3. ¿Qué ves? –Resp. Veo una gran claridad; mis pies no tocan el suelo; yo deslizo; siento que soy llevado. Veo figuras brillantes y otras envueltas de blanco; se juntan a mi alrededor: unas me sonríen y otras me dan miedo con sus ojos negros.
4. ¿Ves a tu madre? –Resp. ¡Ah, sí! Veo a mi madre, a mi hermana y a mi hermano; ¡los veo a todos! Mi madre llora mucho. Yo gustaría hablarle como os hablo; ella vería que no estoy muerto. ¿Cómo hacer, entonces, para consolarla? Os ruego que le habléis de mí. Gustaría también que dijerais a Charles que será muy agradable verlo trabajar.
5. ¿Ves a tu cuerpo? –Resp. Claro que sí; veo a mi cuerpo tendido allá, totalmente rígido. Entretanto, yo no estoy en aquela fosa, ya que me encuentro aquí.
6. ¿Dónde estás, entonces? –Resp. Estoy aquí, junto a vuestra mesa, a la derecha. Me sorprende que no me veáis, cuando yo os veo tan bien.
7. ¿Qué sentiste cuando dejaste el cuerpo? –Resp. No me acuerdo totalmente de lo que sentí entonces; tenía mucho dolor de cabeza y veía varias cosas a mi alrededor. Estaba muy entorpecido; quería moverme y no podía; mis manos estaban mojadas de sudor y sentía una gran agitación en el cuerpo. Después, nada más sentí y desperté bastante aliviado; no sufría más y estaba leve como una pluma. Entonces, me vi en la cama y, sin embargo, no estaba allí; vi todos los movimientos que hacían y fui hacia otra parte.
8. ¿Cómo supiste que yo os llamaba? –Resp. Realmente no me doy cuenta de todo eso. Escuché que hace poco me llamabais y vine enseguida, porque –como yo decía a Charles– sois agradable. Adiós, señora, hasta la vista. ¿Volveré a hablaros?