Revista Espírita Periódico de Estudios Psicológicos - 1861

Allan Kardec

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La pintura y la música
(Sociedad Espírita de París; médium: Sr. Alfred Didier)

El arte ha sido definido cien mil veces: es lo bello, lo verdadero, el bien. La música, que es una de las ramas del arte, se encuentra enteramente en la esfera de la sensación. Entendámonos y tratemos de ser claros. La sensación se produce en el hombre cuando él comprende el arte de dos maneras distintas, pero estrechamente unidas: la sensación del pensamiento, que tiene como resultado la melancolía o la filosofía, y después la sensación que pertenece completamente al corazón. En mi opinión, la música es el arte que va más directo al corazón. La sensación –vosotros me comprendéis– está totalmente en el corazón. La pintura, la arquitectura, la escultura –sobre todo la pintura– llegan mucho más a la sensación cerebral. En una palabra, la música va del corazón a la mente; la pintura, del pensamiento al corazón. La exaltación religiosa creó el órgano; en la Tierra, cuando la poesía toca el órgano, los ángeles del Cielo le responden. Así, la música seria, religiosa, eleva el alma y los pensamientos; la música frívola hace vibrar los nervios, nada más. Realmente gustaría citar algunas personalidades, pero no tengo ese derecho: no estoy más en la Tierra. Amad el Réquiem de Mozart, que lo mató. Más que los Espíritus, no deseo vuestra muerte a través de la música, sino vuestra muerte viviente: he aquí el olvido de todo lo que es terreno, a través de la elevación moral.
LAMENNAIS