Revista Espírita Periódico de Estudios Psicológicos - 1861

Allan Kardec

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Despertad
(Sociedad Espírita de París; médium: Sra. de Costel)

Te hablaré de los síntomas y de las predicciones que anuncian por todas partes la llegada de los grandes acontecimientos que nuestro siglo encierra. En su conmovedora bondad, los Espíritus –mensajeros de Dios– advierten al Espíritu de los hombres, como los dolores advierten a la madre de la proximidad del parto. Esas señales, frecuentemente menospreciadas y, por tanto, siempre justificadas, se multiplican al infinito en este momento. ¿Por qué todos sentís que el Espíritu profético agita vuestros corazones y que estremece vuestras conciencias? ¿Por qué las incertidumbres? ¿Por qué los desfallecimientos que turban los corazones? ¿Por qué el despertar del espíritu público que, por todas partes, enarbola su noble bandera? ¿Por qué? Es que los tiempos han llegado; es que el reino del materialismo se tambalea y va a desmoronar; es que los placeres del cuerpo, que en poco tiempo serán dejados a un lado, darán lugar al reino de la idea; es que el edificio social está carmomido y va a dar lugar a la joven y triunfante legión de las ideas espíritas, que fecundarán a las conciencias estériles y a los corazones mudos. Que estas palabras incesantemente repetidas no os encuentren distraídos e indiferentes. Después que el labrador ha sembrado, recoged las valiosas espigas que han de nacer. No digáis: la vida sigue su curso y su paso normal; nuestros antepasados no han visto nada de lo que hoy es anunciado: nosotros no veremos más que ellos; adoremos lo que ellos han adorado, o más bien reemplacemos la adoración por fórmulas vanas, y todo estará bien. Al hablar así, dormís. Despertad, porque no es la trompeta del juicio final que sonará en nuestros oídos, sino la voz de la verdad; no se trata de la muerte vencida y humillada: se trata de la vida presente, o más bien de la vida eterna. No lo olvidéis, y despertad.

HELVÉTIUS