La concordia (Comunicación enviada por el Sr. Rodolphe, de Mulhouse) Amigos míos, sed unidos: la unión hace la fuerza. Abolid de vuestras reuniones todo espíritu de discordia, todo espíritu de celos. No envidiéis las comunicaciones que recibe tal o cual médium; cada uno las recibe según la disposición de su Espíritu y la perfección de sus órganos.
Nunca os olvidéis que sois hermanos y que esta fraternidad no es ilusoria: es una fraternidad real, porque aquel que ha sido vuestro hermano en otra existencia puede encontrarse entre vosotros, haciendo parte de otra familia.
Por lo tanto, sed unidos en espíritu y en corazón; tened la misma comunión de pensamientos. Sed dignos de vosotros mismos, de la Doctrina que profesáis y de las enseñanzas que fuisteis llamados a difundir.
Sed, pues, conciliadores en vuestras opiniones; que las mismas no sean absolutas. Buscad esclareceros unos a los otros. Estad a la altura de vuestro apostolado y dad al mundo el ejemplo de la buena armonía.
Sed el ejemplo vivo de la fraternidad humana y mostrad hasta dónde pueden llegar los hombres sinceramente consagrados a la propagación de la moral.
Al no tener sino un objetivo, debéis tener un solo y mismo pensamiento: el de poner en práctica lo que enseñáis. Por lo tanto, que vuestra divisa sea: ¡Unión, Concordia, Paz y Fraternidad!
MARDOQUEO