EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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292. Preguntas sobre la suerte de los Espíritus



21. ¿Pueden pedirse a los Espíritus noticias sobre su situación en el mundo de los Espíritus? Sí; y las dan con gusto cuanto la pregunta se hace por simpatía o deseo de serles útil y no por curiosidad.


22. ¿Pueden los Espíritus describir la naturaleza de sus sufrimientos o de su felicidad? Perfectamente, y esta clase de revelaciones son una gran instrucción para vosotros, porque os inician en la verdadera naturaleza de las penas y de las recompensas futuras; destruyendo las ideas falsas que os hacéis con este motivo, sirven para reanimar la fe, y vuestra confianza en la voluntad de Dios. Los Espíritus buenos son felices cuando os describen la felicidad de los elegidos; los malos pueden ser obligados a describir sus sufrimientos, a fin de provocar el arrepentimiento entre ellos; algunas veces encuentran también en esto una especie de consuelo; es el infeliz que exhala su queja con la esperanza de la compasión. No olvidéis que el objeto esencial, exclusivo del Espiritismo, es vuestro mejoramiento, y para conseguirlo está permitido a los Espíritus el iniciaros en la vida futura, ofreciéndoos ejemplos de los que podéis aprovecharos. Cuanto más os identifiquéis con el mundo que os espera, menos hallaréis a faltar el que vosotros habitáis ahora. En suma, este es el actual objeto de la revelación.


23. ¿Evocando a una persona cuya suerte es desconocida, puede saberse por ella misma si existe aún? Sí, si la incertidumbre de su muerte no es una necesidad o una prueba para aquellos que tienen interés en saberlo. –Si es muerta, ¿puede hacer conocer las circunstancias de su muerte de una manera que se pueda comprobar? Si ella da a esto alguna importancia, lo hará; de otro modo hace poco caso.


Observación. — La experiencia prueba que en este caso, el Espíritu no está de ninguna manera excitado por motivos del interés que se puede tener por conocer las circunstancias de su muerte; si tiene intención de revelarlas, lo hace por su propia voluntad; sea por conducto mediúmnico, sea por visiones o apariciones, y entonces puede dar las indicaciones más precisas en caso contrario un Espíritu mentiroso puede engañar perfectamente y divertirse haciendo buscar inútilmente.


Sucede a veces que la desaparición de una persona cuya muerte no puede hacerse constar oficialmente, pone trabas a los negocios de familia. Sólo en casos muy raros y excepcionales hemos visto a los Espíritus poner el camino de la verdad según la demanda que se les ha hecho; si ellos quisieron hacerlo, sin duda lo podrían, pero, a menudo, esto no les es permitido si estos inconvenientes son pruebas para aquellos que estuviesen interesados en eximirse de ellas.


Es, pues, el artificio de una esperanza quimérica el procurar por este medio la posesión de herencia, y lo más positivo es el dinero que se gasta con este objeto.


No faltan Espíritus dispuestos a lisonjear semejantes esperanzas, y que no tienen escrúpulo en inducir a que se gestione, dándose uno algunas veces por muy satisfecho, salvándose con un poco de ridículo.