EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

Volver al menú
94. No citaremos a este fin más que la conversación provocada a propósito de los hechos, que pasaron en junio, de 1860 en la calle de Noyers, en París. Se encontrarán los detalles en la Revista Espírita, número de agosto de 1860.


1. (A San Luis). ¿Tendréis la bondad de decirnos si los hechos que se dicen haber pasado en la calle de los Noyers son reales? En cuanto a la posibilidad no lo dudamos. Sí, estos son hechos verdaderos; solo que la imaginación de los hombres los ha abultado, ya sea por miedo, ya sea por ironía; pero, lo repito, son verdaderos. Estas manifestaciones son provocadas por un Espíritu que se divierte un poco a costa de los habitantes del lugar.


2. ¿Hay en la casa una persona que sea causa de estas manifestaciones? Estas manifestaciones son siempre causadas por la presencia de la persona a la cual se ataca; es que el Espíritu perturbador mirando el habitante del lugar donde está quiere hacerle ruindades o que se vaya de la habitación.


3. Nosotros preguntamos si entre los habitantes de la casa hay alguno que sea la causa de estos fenómenos por una influencia mediúmnica, espontánea e involuntaria. Es muy necesario; “sin esto el hecho no podría tener lugar”. Un Espíritu habita un paraje de predilección para él; permanece en la inacción hasta tanto que una naturaleza que le sea conveniente se presente en este lugar; cuando llega esta persona se divierte tanto como puede.


4. La presencia de esta persona sobre los mismos lugares, ¿es indispensable? Es el caso más ordinario, y este es el del hecho que citáis; por eso he dicho que sin esto el hecho no podría tener lugar; pero yo no he querido generalizado; hay casos en que la presencia inmediata no es necesaria.


5. Estos Espíritus, siendo siempre de un orden inferior, la aptitud que les sirve de auxiliar es una presunción desfavorable para la persona? ¿anuncia esto una simpatía con los seres de esta naturaleza? No, precisamente porque esta aptitud proviene de una disposición física; sin embargo esto anuncia muy a menudo una tendencia material que sería preferible no tener; porque cuanto más se está elevado moralmente, más se atrae a sí a los buenos Espíritus, que alejan necesariamente a los malos.


6. ¿Dónde va a tomar el Espíritu los proyectiles de que se sirve? Estos objetos diversos son lo más de las veces tomados en los mismos lugares o en la vecindad, una fuerza que viene del Espíritu los lanza en el espacio y caen en el paraje designado por este Espíritu.


7. Puesto que las manifestaciones espontáneas son muchas veces permitidas y aun provocadas con el fin de convencer, nos parece que si ciertos incrédulos fuesen personalmente el objeto se verían forzados a rendirse a la evidencia. Se quejan algunas veces de no poder ser testigos de hechos concluyentes; ¿podría depender de los Espíritus el hacerles dar alguna prueba sensible? Los ateos y los materialistas ¿no son a cada instante testigos de la potencia de Dios y del pensamiento? Esto no les impide negar a Dios y el alma. Los milagros de Jesús ¿han convertido a todos sus contemporáneos? Los fariseos que le decían: “Maestro, hacednos ver algún prodigio”, ¿no se parecen a los que en vuestros tiempos piden que les hagáis ver manifestaciones? Si no están convencidos por las maravillas de la creación menos lo están aun cuando los Espíritus se les aparecieren de la manera menos inequívoca, porque su orgullo les pone como los caballos rebelones. Las ocasiones de ver no les faltarán si las buscan de buena fe; por esto Dios no juzga a propósito hacer por ellos más de lo que hace por aquellos que procuran sinceramente la instrucción, porque sólo recompensa a los hombres de buena voluntad. Su incredulidad no impedirá el que se cumpla la voluntad de Dios; ved bien que ella no ha impedido a la doctrina su propagación. Cesad pues de inquietaros por su oposición, que es a la doctrina como la sombra es al cuadro y le da mayor relieve. ¿Qué méritos tendrían el ser convencidos por la fuerza? Dios les deja toda la responsabilidad de su terquedad, y esta responsabilidad será más terrible de lo que pensáis. Bienaventurados aquellos que creen sin haber visto, dijo Jesús, porque esos no dudan de la potencia de Dios.


8. ¿Creéis que sería inútil evocar este Espíritu para pedirle algunas explicaciones? Evocadle si queréis; pero es un Espíritu inferior que no os dará más que contestaciones bastante insignificantes.