EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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142. Todos los efectos que acabamos de indicar pueden obtenerse aún de una manera más sencilla por los golpes que se hacen oír en la misma madera de la mesa, sin ninguna especie de movimiento, y que hemos descrito en el capítulo de las manifestaciones físicas, número 64; esto es, la typtología íntima. Todos los médiums no son igualmente apropiados para este último modo de comunicación, porque los hay que no obtienen más que los golpes por báscula; sin embargo, con el ejercicio pueden conseguirlo la mayor parte, y esta manera tiene la doble ventaja de ser más rápida y de prestarse menos a la sospecha que la báscula, que se puede atribuir a una presión voluntaria. Es verdad que los golpes íntimos podrían también imitarse por médiums de mala fe. Las mejores cosas pueden sofisticarse; lo que no prueba nada contra ellas. (Véase al final de este volumen el capítulo titulado “Fraudes y supercherías”).

Cualesquiera que sean las perfecciones que se hayan podido alcanzar en esta manera de proceder, no puede jamás conseguirse la rapidez y facilidad que presenta la escritura; así es que se emplea ahora muy poco; sin embargo es algunas veces muy interesante al punto de vista del fenómeno, principalmente para los novicios, y tiene, sobre todo, la ventaja de probar de una manera perentoria la independencia absoluta del pensamiento del médium. Se obtienen muchas veces así respuestas tan imprevistas, tan a propósito, que sería preciso haber tomado un partido muy determinado, para no convencerse hasta la evidencia. Por lo tanto esto es para muchas personas un poderoso motivo de convicción; pero por este medio, como tampoco por los otros, los Espíritus no quieren prestarse a los caprichos de los curiosos que desean ponerlos a prueba con preguntar fuera del caso.