Obsesión simple
238. La obsesión simple tiene lugar cuando un Espíritu
malhechor engaña a un médium, se mezcla contra su voluntad en
las comunicaciones que recibe, le impide comunicarse con otros
Espíritus y sustituye a aquellos que se evocan.
No se está obseso por el sólo hecho de ser engañado por un
Espíritu mentiroso; el mejor médium está expuesto a esto, sobre
todo al principio, cuando aun la falta la experiencia necesaria, de
la misma manera que entre nosotros las gentes más honradas
pueden ser engañadas por los tunantes. Se puede, pues, ser
engañado sin estar obseso; la obsesión está en la tenacidad del
Espíritu, del cual no se puede desembarazar.
En la obsesión simple, el médium sabe muy bien que tiene
que habérselas con un Espíritu mentiroso, y éste no se oculta, no
disimula sus malas intenciones y su deseo de contrariar. El médium
reconoce sin pena la artimaña, y como está preparado, rara vez es
engañado. Esta especie de obsesión es simplemente desagradable,
y no tiene otro inconveniente que el oponer un obstáculo a las
comunicaciones que se quisieron tener con espíritus formales o
con aquellos por quienes se tiene afección.
Se pueden colocar en esta categoría los casos de obsesión
física, es decir, la que consiste en las manifestaciones ruidosas y
obstinadas de ciertos Espíritus que hacen oír espontáneamente
golpes u otros ruidos. Nos remitimos sobre este fenómeno al
capítulo de las “Manifestaciones físicas espontáneas”. (Núm. 82).