EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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339. Vista la necesidad de evitar toda causa de turbación y de distracción, una sociedad espiritista que se organice debe llamar toda su atención sobre los medios propios para quitar a los promovedores de desórdenes los medios de incomodar y en dar la más grande facilidad para separarlos. Las reuniones pequeñas sólo tienen necesidad de un reglamento disciplinario muy sencillo para el orden de las sesiones; las sociedades regularmente constituidas exigen una organización más completa; la mejor será aquella cuyo mecanismo sea menos complicado; las unas y las otras encontrarán aquello que les será aplicable, o lo que creerán útil, en el reglamento de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, que damos más adelante.