EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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118. Antes de ir más lejos debemos responder inmediatamente a una pregunta que no dejarán de hacernos: es saber cómo el cuerpo puede vivir mientras que el Espíritu está ausente. Podríamos decir que el cuerpo puede vivir con la vida orgánica que es independiente de la presencia del Espíritu, y la prueba de esto es que las plantas viven y no tienen Espíritu; pero debemos añadir que durante la vida el Espíritu nunca está desprendido completamente del cuerpo. Los Espíritus, lo mismo que ciertos médiums videntes, reconocen el Espíritu de una persona viviente por medio de un cordón luminoso que termina en su cuerpo fenómeno que no tiene nunca lugar cuando el cuerpo está muerto, porque entonces la separación es completa. Por medio de esta comunicación el Espíritu es advertido instantáneamente de la necesidad que el cuerpo puede tener de su presencia, y entonces vuelve con la prontitud del relámpago desde cualquier distancia que esté. Resulta de esto que el cuerpo jamás puede morir mientras dure la ausencia del Espíritu, y que no puede nunca acontecer que éste, a su vuelta, encuentre la puerta cerrada como lo han dicho algunos novelistas en las historias de su invención. El libro de los Espíritus, núms. 400 y siguientes).