332. El recogimiento y la comunión de pensamientos, siendo las condiciones esenciales de toda reunión formal, se comprende que el número demasiado crecido de los asistentes, debe ser una de las causas más contrarias a la homogeneidad. Ciertamente no hay ningún límite absoluto para este número, y se concibe que cien personas, suficientemente recogidas y atentas, estarán en menores condiciones que diez que estuviesen distraídas y en desorden; pero también es evidente que cuanto más grande es el número, más difícil es que las condiciones tengan efecto. Es un hecho probado por la experiencia que los pequeños grupos íntimos están siempre más favorecidos por hermosas comunicaciones, y es por los motivos que hemos explicado.