EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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247. Los Espíritus sistemáticos generalmente son bastante aficionados a escribir; por esto buscan los médiums que escriben con facilidad y de los que procuran hacerse instrumentos dóciles y sobre todo entusiastas, fascinándoles. Son casi siempre habladores, muy prolijos, procurando compensar la calidad por la cantidad. Se complacen en dictar a sus intérpretes escritos voluminosos e indigestos y a menudo poco inteligibles, que felizmente tienen por antídoto la imposibilidad material de ser leídos por las masas. Los Espíritus verdaderamente superiores son sobrios de palabras; escriben poco y dicen mucho; además esta prodigiosa fecundidad debe ser siempre sospechosa.


No podríamos ser bastante circunspectos cuando se trata de publicar estos escritos; las utopías y las excentricidades, de las que abundan mucho, y que chocan con el buen sentido, producen una molesta impresión sobre las personas novicias, dándoles una idea falsa del Espiritismo, sin contar que estas son armas de las cuales se sirven sus enemigos para ponerlo en ridículo. Entre estas publicaciones las hay que sin ser malas y sin dimanar de una obsesión pueden ser miradas como imprudentes, intempestivas o poco hábiles.