EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

Volver al menú
192. 2º Según el desarrollo de la facultad


Médiums novicios: aquellos cuyas facultades no están todavía completamente desarrolladas y les falta la experiencia necesaria.


Médiums improductivos: los que no llegan a obtener sino cosas insignificantes, monosílabos, rasgos o letras sin sentido. (Véase el capítulo de la “Formación de los médiums”).


Médiums hechos o formados: son aquellos cuyas facultades mediúmnicas están completamente desarrolladas que transmiten las comunicaciones que reciben con facilidad, prontitud y sin vacilación. Se concibe que este resultado solo puede obtenerse con la práctica, mientras que en los médiums novicios las comunicaciones son lentas y difíciles.


Médiums lacónicos: aquellos cuyas comunicaciones, aunque fáciles, son breves y sin desarrollo.


Médiums explícitos: las comunicaciones que reciben tienen toda la amplitud y extensión que se puede esperar de un escritor consumado.


Esta aptitud depende de la expansión y de la facilidad de combinación de los fluidos; los Espíritus los buscan para tratar los asuntos que traen grandes desenvolvimientos.


Médiums experimentados: la facilidad de ejecución es un asunto de práctica que se adquiere muchas veces en poco tiempo, mientras que la experiencia es el resultado de un estudio serio de todas las dificultades que se presentan en la práctica del Espiritismo. La experiencia da al médium el tacto necesario para apreciar la naturaleza de los Espíritus que se manifiestan, juzgar sus cualidades buenas o malas por las señales más minuciosas, discernir la bellaquería de los Espíritus mentirosos que se abrigan bajo las apariencias de la verdad. Se comprende fácilmente la importancia de esta cualidad, sin la cual todas las otras son sin utilidad real; lo malo es que muchos médiums confunden la experiencia, fruto del estudio, con la aptitud, producto de la organización; se creen maestros con título porque escriben fácilmente; repudian todos los consejos y vienen a ser presa de los Espíritus mentirosos e hipócritas que captan la voluntad lisonjeando su orgullo. (Véase más adelante el capítulo de “La Obsesión”).


Médium flexibles: aquellos cuya facultad se presta más fácilmente a los diversos géneros de comunicaciones, y por los cuales casi todos los Espíritus pueden manifestarse espontáneamente o por evocación.


Esta variedad de médiums es muy parecida a los médiums sensitivos.


Médiums exclusivos: aquellos por los cuales un Espíritu se manifiesta con preferencia, y aun con exclusión de todos los otros, y responde por aquellos que se llaman por intermedio del médium.


Esto depende siempre de un efecto de flexibilidad; cuando el Espíritu es bueno, puede adherirse al médium por simpatía y con un fin laudable; cuando es malo es siempre con el objeto de poner al médium bajo su dependencia. Esto es más bien un defecto que una cualidad, y muy vecino de la obsesión. (Véase el capítulo de “La Obsesión”).


Médiums de evocaciones: los médiums flexibles son naturalmente los más propios a este género de comunicación y a las preguntas de detalle, que se pueden dirigir a los Espíritus. Hay bajo este aspecto médiums del todo especiales.


Sus respuestas se encierran casi siempre en un cuadro restringido, incompatible con el desarrollo de los asuntos generales.


Médiums de dictados espontáneos: reciben con preferencia comunicaciones espontáneas de parte de los Espíritus que se presentan sin ser llamados. Cuando esta facultad es especial en un médium, es difícil y aun imposible algunas veces hacer una evocación por su conducto.


Sin embargo tienen mejores instrumentos que los del grado precedente. Comprended que por instrumentos se entiendan aquí los materiales cerebrales, porque es menester muchas veces, mejor dicho, siempre mayor suma de inteligencia para los dictados espontáneos que para las evocaciones. Entended por dictados espontáneos los que merecen verdaderamente este nombre, y no algunas frases incompletas o algunos pensamientos vulgares que se encuentran en todas las cabezas humanas.