EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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67. Hemos visto moverse la mesa, levantarse y dar golpes bajo la influencia de uno o muchos médiums. El primer efecto inteligente que se notó fue el ver que estos movimientos obedecían a un mandato y, sin mudar de sitio, la mesa se levantaba alternativamente sobre el pie designado; después, volviendo a caer, daba un número determinado de golpes, respondiendo a una pregunta. Otras veces la mesa, sin el contacto de nadie, se paseaba sola por la habitación, yendo de derecha a izquierda, adelante o atrás, ejecutando diversos movimientos según la orden de los asistentes. Es muy evidente que, lejos de toda suposición de fraude, admitimos la completa lealtad de los asistentes, atestiguada por su honradez y su perfecto desinterés. Más tarde hablaremos de las supercherías contra las cuales es prudente estar preparado.