EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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139. Las primeras manifestaciones inteligentes se obtuvieron por los golpes o la typtología. Este medio primitivo, que se resentía de la infancia del arte, no ofrecía más que recursos muy limitados, y en las comunicaciones estaba uno reducido a las respuestas por monosílabos de sí o no, con la ayuda de un número convenido de golpes. Se le perfeccionó más tarde, como hemos dicho. Los golpes se obtienen de dos maneras por médiums especiales; generalmente para este modo de operar es necesaria cierta aptitud para las manifestaciones físicas. La primera, que se podría llamar typtología por báscula, consiste en el movimiento de la mesa que se levanta de un lado y vuelve a caer golpeando con el pie. Basta para esto que el médium ponga la mano sobre el borde de la mesa; si desea entrar en conversación con un espíritu determinado, es menester hacer la evocación del mismo; en caso contrario el primero que llega es el que se presenta o el que tiene la costumbre de comunicarse. Conviniéndose, por ejemplo, en que un golpe quiera decir sí y dos golpes no, lo que es indiferente, se dirigen al Espíritu las preguntas que se desean; más adelante veremos las que no deben hacerse. El inconveniente está en la brevedad de las respuestas y en la dificultad de formular la pregunta de modo que conduzca al Espíritu a contestar un sí o un no. Supongamos que se pregunta al Espíritu: ¿Qué deseas? No podría responder sino por una frase; es preciso entonces decirle; ¿deseas tal cosa? No; ¿tal otra? Sí; y así sucesivamente.