EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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194. 4º Según las cualidades físicas del médium


Médiums tranquilos: escriben siempre con cierta lentitud y sin probar la menor agitación.


Médiums veloces: escriben con una rapidez más grande que podrían hacerlo voluntariamente en el estado ordinario. Los Espíritus se comunican a ellos con la prontitud del rayo; se diría que hay en los mismos una superabundancia de fluido que les permite identificarse instantáneamente con el Espíritu. Esta cualidad tiene algunas veces su inconveniente, y es que la rapidez de la escritura hace a ésta muy difícil de leerse por cualquier otro que no sea el médium.


Es también muy fatigosa, porque hace gastar demasiado fluido inútilmente.


Médiums convulsivos: están en un estado de sobreexcitación casi febril; su mano, y algunas veces toda su persona, está agitada de un temblor que no pueden dominar. La primera causa de esto se halla, sin duda, en la organización, pero depende también mucho de la naturaleza de los Espíritus que se comunican con ellos; los Espíritus buenos y benévolos hacen siempre una impresión dulce y agradable; los malos, al contrario, la hacen penosa.


Es preciso que estos médiums solo se sirvan raras veces de su facultad mediúmnica, cuyo uso demasiado frecuente podría afectar su sistema nervioso. (Capítulo de “La Identidad”, distinción de los buenos y de los malos Espíritus).