Subyugación
240. La subyugación es una restricción que paraliza la
voluntad del que la sufre y le hace obrar a pesar suyo. En una
palabra, es su verdadero yugo.
La subyugación puede ser moral o corporal. En el primer
caso, el subyugado es solicitado a tomar determinaciones muchas
veces absurdas y comprometidas, que por una especie de ilusión
las cree sensatas; es una especie de fascinación. En el segundo
caso el Espíritu obra sobre los órganos materiales y provoca los movimientos involuntarios. Se traduce en el médium escribiendo
por una necesidad incesante de escribir, aun en los momentos
más inoportunos. Nosotros los hemos visto que, a falta de pluma
o de lápiz, escribían con el dedo por todas partes en donde se
encontraban, en las mismas calles, en las puertas y en las paredes.
La subyugación corporal va algunas veces más lejos; puede
conducir a los actos más ridículos. Hemos conocido a un hombre
que no era joven ni hermoso, que bajo el imperio de una obsesión
de esta naturaleza se veía obligado por una fuerza irresistible a
ponerse de rodillas ante una joven, con la cual no había tenido
ninguna intención y pedirla en matrimonio. Otras veces sentía en
las espaldas y en las piernas una presión enérgica, que los forzaba
contra su voluntad a pesar de la resistencia que hacía al ponerse
de rodillas y besar el suelo en los parajes públicos y en presencia
de la multitud. Este hombre pasaba por loco entre sus relaciones;
pero nosotros nos hemos convencido de que no lo era, porque
tenía el pleno convencimiento del ridículo, de lo que hacía contra
su voluntad, por lo que sufría horriblemente.
241. En otro tiempo se daba el nombre de posesión al
imperio ejercido por malos Espíritus, cuando su influencia
llegaba hasta la aberración de las facultades. La posesión sería
para nosotros sinónima de subyugación. Si no adoptamos este
término es por dos razones: la primera porque implica la creencia
de seres creados para el mal entregados perpetuamente a él,
mientras que solo hay seres más o menos imperfectos y que todos
pueden mejorarse. La segunda, porque implica igualmente la
idea da la toma de posesión de un cuerpo por un Espíritu extraño,
de una especie de cohabitación, mientras que sólo hay una
sujeción, La palabra subyugación expresa perfectamente el
pensamiento. De este modo para nosotros no hay poseídos en el
sentido vulgar de la palabra: sólo hay obsesos, subyugados y
fascinados.